El HECHIZO DE MOMO
(Miguel Vargas – La Razón)
La compañía
de radio teatro escénico Octáfono lleva la novela de Michael Ende a un
siguiente nivel, con elementos que evocan imágenes y sonidos para contar una
historia mágica.
La Palabra “magia” está sobre utilizada y venida a
menos, pero ¿qué otro término ayuda a describir el efecto que produce en cada
espectador la más reciente propuesta de la compañía Octáfono? El elemento
dirigido por Wara Cajías regresó al Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez
durante la temporada de festejo por los 25 años de vida artística del Teatro de
los Andes con MOMO, obra en que se recurrió a diferentes recursos visuales y
sonoros para crear una pieza que impacta en los sentidos y permanece en el corazón.
El proyecto de Cajías comenzó con La Ratonera y
continuó con Drácula, dos piezas que redefinían el concepto del radio teatro,
agregándole “en vivo”, que es la característica única e irrepetible, de una
puesta en escena. proponer un espectáculo que apelase a lo sonoro en tiempos de
lo visual era un logro. Tocados, sombreros y otros elementos ayudaban a
diferenciar a los personajes, aunque la habilidad de los actores cubrían con
creces ese requisito.
Con MOMO – basada en la novela de Michael Ende, la historia
de una encantadora niña con la capacidad de escuchar y de vencer a los temibles
hombres grises, que negocian con el tiempo de la humanidad- se da un paso
adelante;
lo visual toma mayor protagonismo sin que
rompa la estructura de la propuesta inicial de Cajías; al contrario, la nutre más. Los recurso visuales
traspasan lo referencial, haciendo que un paraguas con luces sea capaz de
llevar a la imaginación hasta un firmamento estrellado, unas puntiagudas
jeringas dibujen a una enfermera cascarrabias y seis expresivos actores/músicos
sean capaces de recrear a todo un pueblo.
Ya que la iluminación, las caracterizaciones de los
actores, y los desplazamientos en el escenario han realzado lo visual, lo
sonoro no se quedó atrás y se reforzó con mucha más música. Así, las canciones
son las que llevan el hilo conductor y otorgan las atmósferas auditivas de un
cuento universal sin lugar ni tiempo, que transita por distintos espacios con
sonidos urbanos, tropicales, melancólicos, divertidos y más.
Esa atemporalidad permite que Momo pueda vivir en
Bolivia tanto como en cualquier otro país; hoy. ayer o mañana. En realidad esta niña vive dentro
de nosotros y Cajías. María Teresa Dal Pero, Bernardo Rosado, Patricia García,
Luis Bredow, Sachiko Sakuma y Mauricio Toledo pueden hacer que despierte. Y eso
–aunque suene a un lugar común- es magia.
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